- Tos. La tos es uno de los síntomas más frecuentes en los procesos respiratorios. Puede ser seca (sin expectoración) o productiva (cuando se acompaña de esputos). Indica una irritación o trastorno a cualquier nivel del árbol respiratorio, desde la faringe hasta los bronquiolos. La tos paroxística suele indicar obstrucción bronquial.
- Disnea. La disnea es la dificultad para respirar o la sensación de falta de aire. Aunque habitualmente se produce en actividad, por los esfuerzos, también puede aparecer una disnea durante el reposo en enfermedades pulmonares difusas o en padecimientos pulmonares agudos como la neumonía, el asma bronquial, neumotórax espontáneo o atelectasias (obstrucción bronquial).
enfermedad pulmonar.
- Expectoración. Las caracerísticas de los esputos son muy importantes para establecer el diagnóstico. El asma y las bronquitis suelen ir asociados a un esputo mucoso. El esputo amarillento o verdoso sugiere infección bacteriana. El esputo herrumbroso es típico de neumonía y un esputo copioso es característico de bronquiectasias (dilatación bronquial).
ocasiones acompaña aisladamente a la bronquitis. Los esputos de sangre o hemoptisis se
producen en la tuberculosis pulmonar, cáncer de pulmón, edema pulmonar y bronquiectasias.
Si la hemoptisis va asociada a dolor torácico y shock, es sugestiva de infarto pulmonar.
- Sibilancia. Es un ruido parecido a un suave pitido que se produce normalmente en la espiración, cuando hay estrechamiento bronquial. Acompaña a muchas alteraciones respiratorias como la bronquitis, el asma (en este caso suele ser paroxística y difusa) o el enfisema pulmonar. Un estertor sibilante localizado es sugerente de algún tipo de obstrucción bronquial: inflamación, cáncer o cuerpo extraño.
- Dolor torácico. El dolor torácico se produce normalmente por un afectación pulmonar o cardiaca.
respiración profunda. La irritación del diafragma también ocasiona dolor que se transmite al
hombro o a la parte superior del abdomen, y, por último, la afectación de las estructuras de la
pared torácica ocasiona dolor a la presión que no se afecta por la acción de toser o respirar.
El dolor torácico de origen cardiaco se irradia hacia el cuello, hombro y brazo izquierdo. Si
mejora con el descanso es sugerente de falta de irrigación cardiaca (isquemia miocárdica). La
inflamación del pericardio (especie de cápsula que rodea el corazón) provoca un dolor que se
intensifica con la respiración profunda.
La irritación o el espasmo del esófago también puede producir dolor torácico, pero éste es
central, profundo y suele alterarse con la deglución.
Finalmente, las neurosis de angustia, o los estados tensionales y de estrés pueden llegar a
originar distintos tipos de dolor o presión torácica.
By @garchito85
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